En la vida cotidiana es común que nos veamos en situaciones en las que debemos luchar por nuestros derechos o necesidades, sin embargo, esto puede llevar a la delgada línea que divide la lucha legítima y el egoísmo. Este artículo busca responder la pregunta, ¿cómo podemos diferenciar entre luchar por nuestras necesidades y ser egoístas?
La lucha por nuestras necesidades se basa en la creencia de que cada uno de nosotros merece ser tratado con respeto y dignidad. Esto significa que tenemos derecho a tener nuestras necesidades básicas satisfechas, como la alimentación, el sueño y la vivienda. También incluye nuestras necesidades emocionales, como el amor, el respeto, la seguridad y la autoestima.
En algunos casos, puede ser necesario defender nuestras necesidades cuando alguien más las está violando. Esto puede incluir hablar con nuestro jefe sobre el acoso en el trabajo, negarse a aceptar un trato injusto en una relación o buscar la ayuda de un terapeuta para abordar problemas emocionales. En estos casos, la lucha por nuestras necesidades es legítima y necesaria para nuestra salud y bienestar.
Ser egoísta implica colocar nuestras necesidades por encima de las de los demás, sin importar qué. Esto implica que ignoramos las necesidades de los demás y buscamos siempre nuestro propio beneficio, sin importar las consecuencias para la gente que nos rodea.
El egoísmo puede manifestarse de diferentes maneras, como en el caso de alguien que siempre busca tener la razón en una discusión, incluso si eso lastima a los demás o alguien que falta al trabajo constantemente porque prefiere hacer actividades que le gustan. El egoísmo puede dañar las relaciones, afectando la forma en que los demás nos ven y cómo nos percibimos a nosotros mismos.
En conclusión, luchar por nuestras necesidades es legítimo y necesario para nuestra salud y bienestar como individuos, pero debemos hacerlo de manera respetuosa y considerando las necesidades de los demás. El egoísmo, por otro lado, puede dañar nuestras relaciones y afectar nuestra autoimagen. Por lo tanto, debemos evitar ser egoístas y comprometernos a vivir de una manera que beneficie tanto a nosotros como a las personas que nos rodean.